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3.20.2011

GRANDES DESASTRES. LA INDIFERENCIA Y PASIVIDAD MUNDIAL

Great disasters and the indifference of the world 

AUTOR: ROMULO GUSTAVO RUIZ DE CASTILLA
                              cronicasglobales.blogspot.com
email:gusruizd@gmail.com

ORCID: 0000-0002-0601-8864



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Cada vez más entre muchas personas, se manifiesta la sensación algo extraña que los días y fechas, las estaciones y los años transcurren y pasan más rápidamente o que la existencia humana en su antigua cotidianeidad se ha convertido en una experiencia diferente a como se esperaba y se estaba acostumbrado a vivirla. No sólo es una sensación cronológica o vinculada a lo estrictamente astronómico o físico, sino que implica una actitud y una conducta de apatía e indiferencia generalizadas.

Los grandes desastres naturales y los generados por los humanos que se suceden cada día y las referencias hacia el fin del mundo que algunos agoreros fechan en diciembre de 2012, siembran la sensación que el fin de la humanidad podría estar cerca, sucedió así antes en la historia de la humanidad, no olvidemos el año mil o los inicios del siglo XX fueron fechas milenaristas en las que se esperaban muchas cosas para la sobreviviencia de los seres humanos.

Puede ser una sensación generada y aumentada por los medios y propagada entre las gentes por la cual si se tuvo un inicio se debe esperar un fin, no obstante, es cierto también que algo extraño esta sucediendo por lo menos en esa percepción natural que teníamos sobre la existencia humana. Es difícil, por ejemplo (salvo que fuese un hecho extraordinario), que alguien se acuerde de lo que pasó en su vida personal hace cinco años.

De otro lado, en menos de una década naciones nuevas irrumpen entre las mayores del mundo y a nadie le sorprende, naciones hegemónicas decaen rápidamente por crisis financieras y a pocos les parece extraño, lanzan al espacio esporádicas expediciones o se generan nuevas tecnologías médicas y el mundo como si nada ocurriese. Antes, los gobiernos de las naciones principales realizaban grandes planes a futuro, corregían como policías mundiales los hechos más insignificantes y ahora pareciera que se mueve una extraña pasividad y un desinterés por todo, ante hechos tremendos y catastróficos esas naciones apenas se manifiestan o lo hacen casi por obligación.

El terrible terremoto en Japón de marzo del 2011 y sus desastrosas consecuencias que implican la suerte de millones de personas, concitan titulares y reportajes, pero pocas acciones inmediatas desde todos los lados del mundo. 


La seguridad y convicción en la ciencia humana que hace pocos lustros era una actitud muy extendida, se reduce a una inoperancia generalizada, una actuación indolente y victimizada que se somete a los sucesos sin proponer alternativas.