NOBODY
IS INDISPENSABLE, HOWEVER ...
AUTOR: ROMULO GUSTAVO RUIZ DE CASTILLA
cronicasglobales.blogspot.com
email:gusruizd@gmail.com
ORCID: 0000-0002-0601-8864
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fuente
La
frase es bastante citada y conocida, aunque se la entiende y difunde por solo
una parte de ella: nadie es indispensable; no obstante, la otra parte de la
sentencia popular no es de público y general conocimiento.
Es
cierto que, en el tiempo humano, quizá el único que llegamos a percibir, todos somos
transitorios y en ausencia de alguno de nosotros, creemos deducir que el mundo continuará,
seguirá dando vueltas, porque nada se detiene, todo sigue, el cementerio está lleno de personas indispensables decía Napoleón;
pero ¿Y entonces? ¿Todos son prescindibles y reemplazables?
Ciertamente, para algunos sería correcto pensar que cualquier persona es prescindible y que en
la perspectiva lo importante son los conjuntos y las cantidades más que las
individualidades. Es verdad también que como individuos sólo somos un segmento,
una fracción, una parte pequeña del mundo, pero no tanto como un simple grano
de arena en el universo, porque es también cierto que cada persona es única,
cada individuo es una historia y es un mundo.
Para
los creyentes, los humanos somos hijos de Dios creados a su imagen y semejanza.
Lo que hacemos sea poco o mucho, sin importar si el mundo no lo reconoce, es
importante para nosotros y para aquellos que nos rodean, y esa parte que
hacemos les incluye y les afecta, aunque, su medida o magnitud sea inconmensurable.
Por
eso la frase completa sería: Nadie es indispensable,
pero todos somos necesarios. Nuestro paso por este mundo quizá no
sea realmente tan importante para el espacio material, pero para Dios no somos
un grano de arena en el mar, tenemos todos una parte indestructible y eterna.
Si la vida es un don, una gracia, una cesión que el orden eterno nos concede para
que hagamos uso adecuado de ella, si consideramos la vida como un servicio, una
tarea que realizar, entonces de la manera que la adoptemos y realicemos depende
ser útiles o inútiles, felices o infelices. Si tenemos en esta vida terrenal un
encargo, una misión, una actividad de servicio y esta es temporal, transitoria
y preparatoria para la vida eterna, debemos entonces realizarla correctamente,
eligiendo las vías y alternativas apropiadas, lo entenderemos a su tiempo,
mientras tanto, a seguir viviendo con esperanza cada día, a seguir caminando con
determinación hasta donde sea posible o las fuerzas se agoten.
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