MUSIC AND GEOGRAPHY. INFLUENCE OF THE ENVIRONMENT AND CLIMATE ON THE
DEVELOPMENT OF MUSIC
AUTOR: ROMULO GUSTAVO RUIZ DE CASTILLA
cronicasglobales.blogspot.com
email:gusruizd@gmail.com
ORCID: 0000-0002-0601-8864
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Es común considerar o
calificar a un determinado tipo de música como música tropical y se acepta como normal; y aun cuando, no se designa o denomina a una música como ecuatorial,
subtropical o polar, si se menciona su procedencia regional y nacional. Es pues
evidente, que se reconoce y ciertamente existe alguna articulación o vínculo no
sólo con una cultura local, sino entre el tipo de música y el entorno natural
en el que se desarrolla, no se trata evidentemente de un determinismo geográfico, cultural o algo semejante, aunque su
explicación sea algo complicada.
Sin incurrir en aventuradas generalizaciones,
menos aún referente a lo humano, surge la interrogante: ¿Por qué algunas
variedades musicales como el rock o el pop no nacieron en zonas tropicales o
ecuatoriales? Por alguna razón el pop y el rock herederos de los afroamericanos
rhythm and blues y el country, no nacieron y no se
manifestaron en los trópicos sino en zonas climáticas templadas, por la misma
razón que ritmos también de fundamento afroamericano como la rumba, la salsa,
el merengue o la cumbia tuvieron su génesis en aquellas calurosas tierras del trópico.
Es evidente que la geografía
tiene una importante influencia en la manera como nace y se desarrolla la
música en un grupo humano, en una comunidad, en un pueblo que a la vez tiene
una herencia cultural y una manifestación, característica y peculiar. Esta
influencia se manifiesta a través de las muchas relaciones del ser humano con
el entorno o ambiente natural, con el espacio territorial y geográfico,
desarrollando mutuas conexiones que conforman una musicalidad particular, una
territorialidad musical que es oportuno y conveniente estudiar puesto que si en
sus inicios esa música surgió localmente limitada cuando alcanza propagación y
no es un tópico más, se vuelve general y no tiene ya fronteras.
Como decíamos líneas atrás, usualmente se nombra o denomina música tropical a la música originada en las regiones
tropicales y quizá específicamente en la zona del Caribe y alrededores, mezcla
de ritmos africanos con melodías españolas y nativas, ésta inicialmente se localiza
en su ambiente, pero alcanza luego una difusión global. Se menciona también la
música andina por su procedencia que es naturalmente el área de los Andes, territorio de grandes y fuertes contrastes de la naturaleza y que han dejado sus efectos
en el ser humano a través de una inagotable variedad de ritmos musicales.
En el caso de Europa, la
música mediterránea intensa en sonido y voces, plena de agudeza y color, nos
remite a la naturaleza cálida y vivaz de aquella región. En contraste la Europa
oriental y central tiene ritmos melódicos menos intensos, tonos medios con
excepción quizá de las zonas de montaña más solitarias y subyugantes,
recordemos que el Waltz con su
sencillo ritmo nació en el entorno de Austria y sus montañas. A su vez, el
norte europeo y la franja atlántica oceánica desde Galicia a Noruega pasando por Normandía,
Alemania y Escocia, presenta ritmos y melodías recurrentes o reiterativas,
ligadas al mar y a las actividades marinas y de navegación o también a las
actividades cíclicas de la naturaleza; así la música con acentos originarios de
Edvard Grieg por ejemplo, es una travesía melódica por las abruptas áreas y profundos
fiordos de Noruega. En ese entorno, era
habitual reunirse en veladas artísticas con despliegue de cálidos sonidos en
espacios pequeños como bares y tabernas más propicios con el viento y el frío.
En el Perú, territorio de
muchos territorios climáticos, casi todos los ritmos son realizables y bienvenidos, y
muchos han prosperado. El vals
peruano adaptación nativa del género europeo, en sus vivaces y a la vez melancólicos
compases, manifiesta no sólo la animación de sus gentes, sino también la evocación
de los brumosos inviernos limeños. País gastronómico por naturaleza, el Perú muestra
también una conexión estrecha y algo inusual entre la música y la comida, en
tal medida y magnitud que la música de la costa peruana prácticamente en muchos
casos es equivalente al momento de la comida.
Se puede inferir entonces que
la música popular implica una identidad socio-espacial o territorial, una
intensa articulación geográfica, una correspondencia que, aunque referida por
muchos años por la etnomusicología y la geografía musical, por sus múltiples y heterogéneas
variables aún no ha sido examinada y estudiada adecuadamente.
No es una coincidencia que los
ritmos musicales sean en sus inicios, inconfundibles, únicos, particulares,
propios de un grupo humano y una determinada zona geográfica y no hayan surgido
en cualquier otra, y aunque ulteriormente admitidos y adoptados en diferentes
partes del mundo, se hayan generado entre otras causas en el marco de una
peculiar y excepcional interacción del ser humano y su medio natural.
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